sábado, 27 de febrero de 2010

ha pasado mucho tiempo

Es verdad que la vida tiene muchas etapas, pero también es cierto que el paso de una etapa a la siguiente no se hace (o no se suele hacer) de forma brusca. Las transiciones son como los cambios de estación: Todos sabemos que tras la primavera llegará el verano y después el otoño, pero aún sabiéndolo no percibimos el paso de una estación a otra. Poco a poco, sin brusquedades, solapándose unos días lluviosos y frescos en Agosto con otros de calor tórrido en Septiembre. De pronto, un día de Febrero descubrimos los almendros en flor como preludio de la primavera y a continuación puede nevar.


Así, pienso yo que debe ser el tránsito de las etapas de la vida.

Uno no deja de ser niño de un día para otro, ni siquiera pasamos de soltero a casado por el simple hecho de presentarnos ante la comunidad el día de la boda. Opino que el preparar la casa, los ajuares, la celebración, los regalos, el viaje... Nuestra mente se va familiarizando con los cambios y los va asumiendo poco a poco.

La vejez, la muerte, cualquier cambio de estado implica un rodaje, una adaptación y cuando sufrimos un cambio brusco e inesperado nos produce una impresión tan fuerte y dolorosa que precisamos de mucha paciencia y más habilidad para enfrentarnos a la nueva situación, sea esta mejor o peor.

No quiero alargarme mucho más, pero en otra ocasión seguiremos hablando sobre el tema que da nombre a tu blog.

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